Hemos
llegado a un punto muy espinoso, quiero referirme a la cuestión esta de la
Kundalini, la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes, citada en muchos
textos de la sabiduría oriental.
Indubitablemente
la Kundalini tiene mucha documentación y es algo que bien vale la pena
investigar.
En
los textos de Alquimia Medieval, la Kundalini es la signatura astral del
esperma sagrado, STELLA MARIS, la VIRGEN DEL MAR, quien guía sabiamente a los
trabajadores de la Gran Obra.
Entre
los aztecas ella es TONANTZIN, entre los griegos la CASTA DIANA, y en Egipto es
ISIS, la MADRE DIVINA a quien ningún mortal ha levantado el velo.
No
hay duda alguna de que el Cristianismo Esotérico jamás dejó de adorar a la
Divina Madre Kundalini; obviamente es MARAH, o mejor dijéramos RAM-IO, MARIA.
Lo
que no especificaron las religiones ortodoxas, por lo menos en lo que atañe al
círculo exotérico o público, es el aspecto de ISIS en su forma individual
humana.
Ostensiblemente,
sólo en secreto se enseñó a los iniciados que esa Divina Madre existe
individualmente dentro de cada ser humano.
No
está de más aclarar en forma enfática que Dios-Madre, REA, CIBELES, ADONÍA o
como queramos llamarle, es una variante de nuestro propio Ser individual aquí y
ahora.
Concretando
diremos que cada uno de nos tiene su propia Madre Divina particular,
individual.
Hay
tantas Madres en el cielo cuantas criaturas existentes sobre la faz de la
tierra.
La
Kundalini es la energía misteriosa que hace existir al mundo, un aspecto de
BRAHMA.
En
su aspecto psicológico manifiesto en la anatomía oculta del ser humano, la
KUNDALINI se halla enroscada tres veces y media dentro de cierto centro
magnético ubicado en el hueso coxígeo.
Allí
descansa entumecida como cualquier serpiente la Divina Princesa.
En
el centro de aquel Chakra o estancia existe un triángulo hembra o YONI donde
está establecido un LINGAM macho.
En
este LINGAM atómico o mágico que representa el poder creador sexual de BRAHMA,
se enrosca la sublime serpiente KUNDALINI.
La
reina ígnea en su figura de serpiente, despierta con el secretum secretorum de
cierto artificio alquimista que he enseñado claramente en mi obra titulada: «El
Misterio del Áureo Florecer».
Incuestionablemente,
cuando esta divina fuerza despierta, asciende victoriosa por el canal medular
espinal para desarrollar en nosotros los poderes que divinizan.
En
su aspecto trascendental divinal subliminal, la serpiente sagrada trascendiendo
a lo meramente fisiológico, anatómico, en su estado étnico, es como ya dije
nuestro propio Ser, pero derivado.
No
es mi propósito enseñar en este tratado la técnica para el despertar de la
serpiente sagrada.
Sólo
quiero poner cierto énfasis al crudo realismo del Ego y a la urgencia interior
relacionada con la disolución de sus diversos elementos inhumanos.
La
mente por sí misma no puede alterar radicalmente ningún defecto psicológico.
La
mente puede rotular cualquier defecto, pasarlo de un nivel a otro, esconderlo
de sí misma o de los demás, disculparlo mas nunca eliminarlo absolutamente.
Comprensión
es una parte fundamental, pero no lo es todo, se necesita eliminar.
Defecto
observado debe ser analizado y comprendido en forma íntegra antes de proceder a
su eliminación.
Necesitamos
de un poder superior a la mente, de un poder capaz de desintegrar atómicamente
cualquier yo-defecto que previamente hayamos descubierto y enjuiciado
profundamente.
Afortunadamente
tal poder subyace profundamente más allá del cuerpo, de los afectos y de la
mente, aunque tenga sus exponentes concretos en el hueso del centro coxígeo,
como ya lo explicamos en párrafos anteriores del presente capítulo.
Después
de haber comprendido íntegramente cualquier yo-defecto, debemos sumergirnos en
meditación profunda, suplicando, orando, pidiendo a nuestra Divina Madre
particular individual desintegre el yo-defecto previamente comprendido.
Esta
es la técnica precisa que se requiere para la eliminación de los elementos
indeseables que en nuestro interior cargamos.
La
Divina Madre Kundalini tiene poder para reducir a cenizas cualquier agregado
psíquico subjetivo, inhumano.
Sin
esta didáctica, sin este procedimiento, todo esfuerzo para la disolución del
Ego resulta infructuoso, inútil, absurdo.
Samael Aun Weor
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